Historias de la Diáspora

USA: El espectro de la violencia

Vladimiro Mujica / vmujica54@gmail.com

Un artículo reciente de David Leonhardt en el New York Times (1) resume lo que todos intuimos pero que muchos se resisten a aceptar: el ambiente extremo de polarización política y social que se respira en la atmósfera de los Estados Unidos, amenaza con conducir a escenarios abiertos de violencia partidista. El riesgo de que esto ocurra ha sido evaluado en detalle por la firma YouGov que es especializa en encuestas de opinión pública. Leonhardt se refiere en su artículo a una encuesta realizada hace tres años, en la cual se preguntó a los estadounidenses si podría en algún momento justificarse que su partido político usara la violencia para avanzar sus objetivos. La respuesta abrumadoramente mayoritaria fue “No”. Solamente un 8 por ciento de los encuestados afirmó algo distinto a “nunca”. Este año YouGov hizo la misma pregunta, y la porción de los encuestados afirmando que la violencia política pudiera estar justificada se duplicó. Muy importante fue el resultado que el incremento ocurrió tanto entre los encuestados demócratas como en los republicanos.

el ambiente extremo de polarización política y social que se respira en la atmósfera de los Estados Unidos, amenaza con conducir a escenarios abiertos de violencia partidista

Una visita reciente al mismo sitio web (2) permite el acceso a un estudio sobrecogedor y muy preocupante denominado: “America Speaks: Do they think there will be violence following the election results?” (Habla América: ¿Piensa la gente que habrá violencia a partir de los resultados electorales?). Allí se señala que el 74% de los usuarios del Chat de YouGov piensa que habrá violencia después de que se conozcan los resultados de la elección presidencial de noviembre. Entre los que piensan que habrá violencia luego de la elección, la mitad (53%) piensa que habrá mucha violencia, mientras que el 21% espera que solamente sea un poco de violencia.

Si estos resultados son de por si suficientes para generar mucha preocupación, la misma se agrava cuando se interroga a los encuestados acerca de las razones por las cuales podría haber violencia después de conocerse los resultados de la elección presidencial de 2020. Entre ellas:

>       Cualquiera que sea el lado perdedor, objetará al ganador.

>       No importa quien gane, el otro lado denunciará corrupción y fraude en la votación.

>       Ninguno de los dos lados, izquierda o derecha, aceptará los resultados ni voluntariamente aceptará la visión de la oposición sobre nuestro país.

>       Trump puede no aceptar los resultados y llamar a sus partidarios a la violencia.

>       Los demócratas pueden no aceptar una victoria de Trump y van a estimular  a sus partidarios a ejercer la violencia y la protesta civil.

Es imposible afirmar con certeza que los escenarios de violencia que pueden anticiparse del estado de ánimo que se evidencia en estas encuestas pueden realmente materializarse. Pero los motivos de preocupación por el ambiente de polarización de la sociedad norteamericana existen y son muy reales. Cómo se llegó a este estado de cosas es un tema muy complejo, relacionado en buena medida con el uso de la palabra, especialmente en las omnipresentes redes sociales, para descalificar al adversario usando todos los mecanismos imaginables. Un rol especial en el drama de la descalificación lo juegan los temas de las conspiraciones. Es alucinante como la gente en ambos extremos del espectro político se cree a pie juntillas ideas y narrativas de conspiraciones que presentan a los demócratas como comunistas y socialistas encubiertos, y a los republicanos como fascistas y supremacistas blancos. Nada más alejado de estas distorsiones primitivas que están haciendo un daño inmenso a la democracia de los Estados Unidos.

Es alucinante como la gente en ambos extremos del espectro político se cree a pie juntillas ideas y narrativas de conspiraciones que presentan a los demócratas como comunistas y socialistas encubiertos, y a los republicanos como fascistas y supremacistas blancos

Cómo cabría imaginarse, una parte importante de la diáspora venezolana que hace vida en los Estados Unidos se ha manifestado en este combate de descalificaciones primarias a favor de Biden o de Trump con argumentos que pretenden soportar la idea de que uno de los dos candidatos es mejor garantía del apoyo estadounidense a la lucha contra el chavismo-madurismo y el restablecimiento de la democracia en Venezuela. Una pésima estrategia que evidencia. por un lado, que no hemos aprendido nada de la desgracia de nuestro país y, por el otro, que no entendemos que el mejor apoyo para la causa venezolana es el apoyo bi-partidista que hasta ahora ha privado en la política norteamericana hacia Venezuela.

Tiempos oscuros y muy preocupantes. Los alaridos que se escuchan en las redes sociales, simplemente sirven al propósito suicida de contribuir a minar a la gran democracia norteamericana. Pero más allá de estos alaridos, están las armas y las manifestaciones concretas de violencia y terrorismo en el ámbito interno de los Estados Unidos, una de cuyas manifestaciones más recientes fue el intento, abortado por la acción del FBI, de secuestrar a la gobernadora del estado de Michigan Gertchen Whitmer. A ello se le unen condenables actuaciones de Antifa, Black Lives Matter y Proud Boys, por sólo mencionar una lista reducida de movimientos extremistas que operan en la escena política de los Estados Unidos.

Es imposible exagerar la importancia de preservar la democracia de los Estados Unidos, una de los últimos reductos del mundo occidental en mantener el avance de la civilización. Quizás deberíamos preguntarnos mucho más a fondo sobre lo que verdaderamente está en riesgo.

………………………………………………

1.     https://www.nytimes.com/2020/10/09/briefing/gretchen-whitmer-nobel-peace-prize-hurricane-delta-your-friday-briefing.html

2.     https://today.yougov.com/topics/politics/articles-reports/2020/09/22/america-speaks-do-they-think-there-will-be-violenc

 10/14/2020


 

Historias de la Diáspora

Cubazuela: Parte de guerra interno

Vladimiro Mujica /  vmujica54@gmail.com

Probablemente sea Joaquín Villalobos, un ex–guerrillero salvadoreño, en su momento líder del Ejército Revolucionario del Pueblo y ahora una autoridad internacional en temas de seguridad y resolución de conflictos, quién más haya insistido en que el drama político, social y económico de Venezuela no tiene solución si no se toma en cuenta de manera explícita en cualquier negociación a Cuba.

En palabras de Villalobos “Las negociaciones han fracasado porque suponen que es un conflicto entre venezolanos cuando, en realidad, se trata de un país intervenido por Cuba”. Su artículo más reciente, que ha pasado relativamente desapercibido, (https://elpais.com/opinion/2020-07-23/venezuela-la-intervencion-consentida.html?event_log=oklogin&o=cerrado&prod=REGCRART) habla sobre un trabajo de investigación periodístico colectivo en forma de libro “La invasión consentida” que tiene datos e informaciones sobrecogedores sobre el grado y extensión de la invasión cubana en Venezuela. Si tiene estómago para digerir tanta indignidad, bajeza y entrega abyecta de la dirigencia del chavismo venezolano a la Cuba castrista, le recomiendo su lectura.

Las negociaciones han fracasado porque suponen que es un conflicto entre venezolanos cuando, en realidad, se trata de un país intervenido por Cuba”.

Pero más allá de cómo nuestro país se ha convertido en un suerte de enclave continental de la isla madre, una especie de Cubazuela, es interesante estudiar como las prácticas de tortura y eliminación de la disidencia interna de los cubanos se han extendido profundamente a su colonia en tierra firme. Un libro duro de leer pero tremendamente ilustrativo, es “Dulces Guerreros Cubanos” de Norberto Fuentes, un comunista leal a la revolución hasta que fue declarado “enemigo del Estado” y ahí empezó su calvario, que afortunadamente no terminó en el paredón de fusilamiento. La disidencia militar venezolana fue la primera en recibir los tratos de tortura, desaparición y confinamiento que ahora han comenzado a ejercerse contra factores de discordia interna en el chavismo. Copio sin modificaciones un detallado informe, que aparentemente presentó Ramón Muchacho en su sitio online La Ceiba, que ilustra con mucho detalle hasta que punto las prácticas contra el “chavismo crítico” guardan un distinto y claro toque cubano:

Amigos, la semana pasada ocurrieron una serie de hechos que me llamaron la atención y me puse a revisar las ceibas de los últimos días:

El miércoles Maduro fustigó a las “voces críticas” que desde la izquierda se la pasan cuestionando y reclamando. Ese mismo día vimos a los Tupamaros llorando porque Maduro les quitó su partido. El PCV chilló porque el SEBIN se presentó en su sede de Puerto Cabello, y el PPT porque los censuraron en Globovisión.

El jueves se llevaron preso en Anzoátegui al exdiputado regional del PSUV Giovanni Urbaneja por “difamación de investidura e instituciones públicas, incluyendo al primer mandatario nacional Nicolás Maduro”. Ese mismo día el TSJ de Maduro se robó oficialmente al PPT, mientras el PCV se declaraba “totalmente en desacuerdo con las políticas de Maduro”. Y, mucho más grave, ese mismo día encontraron muerto en su apartamento en Sabana Grande a “Sancocho Power”, representante de movimientos como El Otro Beta, La Pandilla Ros y Es el Barrio, quien “murió bajo extrañas circunstancias”.

El viernes las FAES irrumpieron en la sede del medio alternativo GuacamayaTV en Cabimas y asesinaron en el sitio al “comunicador popular” Andrés Eloy Nieves Zacarías y al hijo del dueño del medio, Víctor Torres. Ese mismo día Esteban Trapiello dejó constancia en twitter de que él jamás atentaría contra su propia vida.

En la madrugada de ayer domingo autoridades municipales de Maracaibo allanaron el restaurant “Muerde la Carne” relacionado con Fidel Madroñero (PSUV, VTV), llevándose 35 personas detenidas y 15 vehículos. El restaurante había sido “intocable” hasta ahora. También ayer domingo, “cabeza de mango” (Tupamaro) denunció amenazas de muerte en su contra.

Todo lo anterior ocurre mientras Nicmer Evans (Marea Socialista) y José Pinto (Tupamaro) siguen presos, y Carlos Lanz desaparecido.

Maduro parece haber desatado su furia contra el chavismo crítico. Sólo acepta la sumisión total.

Al parecer muchos de estos personajes que ayudaron a Chávez y a Maduro a desmontar el estado de derecho y la institucionalidad democrática creyeron que lo estaban desmontando sólo para la oposición, y no para ellos también. Tarde vienen a descubrir la realidad.”

Cabría añadir a la lista de facturas internas el caso de la muerte por falta de atención médica de Nelson Martínez, y el acoso judicial contra Luis Fuenmayor, además del intento por destruir la influencia de Diosdado Cabello en la FANB durante su convalecencia del corona virus.  Es irrelevante si alguna gente se alegra por estas cosas o no. En mi caso, pienso que nosotros no nos debemos dejar dominar por la venganza sino por la justicia. Pero aún en el caso de que algunos pensarán en venganza, el daño que ha hecho el chavismo a Venezuela y a su gente es de tal profundidad que no hay castigo apropiado a quienes lo han perpetrado.

A diferencia del régimen colaboracionista impuesto por los nazis en la Francia de Vichy, el régimen venezolano ha sido voluntariamente colonizado por los cubanos. Eso significa, en la práctica, que Villalobos tiene razón y que difícilmente se podrá resolver la crisis venezolana sin tener en cuenta, a través de negociaciones o en cualquier otro esquema, a los verdaderos dueños del circo. Esto también debe ser considerado para eventualmente avanzar por cualquier camino electoral, porque bajo ninguna circunstancia los cubanos van a permitir que el régimen venezolano sea desplazado del poder por elecciones si no se les garantiza su supervivencia, especialmente el suministro petrolero. Los cubanos son maestros en tener elecciones sin elegir nada, y obviamente ese mismo consejo lo transmitirán a su colonia en tierra firme.

Nada de lo escrito arriba significa que no puede haber negociación que incluya a Cuba. Simplemente que es necesario estar alerta y en cuenta de con quiénes estamos lidiando. Afortunadamente, parece que el gobierno (e) de Juan Guaidó tiene claridad sobre el tema.

08/27/2020


 
 

Historias de la Diáspora

Las dos historias: Boves y Bolívar en la epopeya chavista

 

Vladimiro Mujica /  vmujica54@gmail.com

 

La fascinación del chavismo con Boves no es nueva y esconde uno de los casos de manipulación política y sicológica más conspicuos e interesantes de nuestra historia. De acuerdo a la versión de Chávez y sus seguidores, el Taita Boves no fue el tirano sanguinario, enemigo jurado de las fuerzas patriotas, como se enseña en las aulas de nuestras escuelas, sino en verdad una especie de Timonel de la Libertad o Caudillo del Pueblo. Existen decenas de textos al respecto en las redes nacionales e internacionales del chavismo, así que cito solamente un par de ellas:

https://www.monografias.com/trabajos98/comandante-jose-tomas-boves-timonel-libertad-del-pueblovenezolano/comandante-jose-tomas-boves-timonel-libertad-del-pueblovenezolano24.shtml y https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2019-05-11/capitan-boves-guerra-independencia-venezuela_1992186/

Es interesante leer un fragmento de un escrito del comandante Chávez del año 2004, que habla por si mismo, y que parte de un texto más extenso (http://www.todochavez.gob.ve/todochavez/959-intervencion-del-comandante-presidente-hugo-chavez-en-acto-de-instalacion-del-primer-taller-de-alto-nivel-mision-vuelvan-caras)

… es importante que los venezolanos entendamos que la falsificación de la historia consiste en secuestrar la imagen de Bolívar y etiquetar como Bolivariana la infame revolución chavista.

Comienzo de la cita

Bueno, por ahí andaban las tropas de Páez y hasta allá llegó Bolívar. ¿Que hacía Bolívar en Apure?. Es importante reflexionar sobre eso. ¿Quién derrotó a Bolívar en 1814 y al ejército de Bolívar o a los ejércitos de Bolívar?. Los derrotaron los llaneros y los peones de Barlovento y los negros y los pardos que tenían un caudillo, que se llamó José Tomás Boves, que no era realista. ¡Eso es mentira que Boves era realista!. A nosotros nos han mal enseñado mucho la historia.

Boves, se hizo caudillo de los de abajo, y era una rebelión, una insurrección contra los ricos, y contra los blancos, la que acaudilló José Tomás Boves en mil ochocientos catorce. Les recomiendo el libro de Juan Úslar. Juan Úslar Pietri “La rebelión popular de 1814”. Y fue así como todos los ejércitos que Bolívar pudo organizar fueron desmoronados por las tropas de Boves, pero era el pardaje, eran las clases bajas, insurrectas pues, insurreccionadas.

Porque el mantuanaje caraqueño, habían pensado –pensaban ellos- que romper con la España, y montar una junta conservadora de los derechos de Fernando VII, aprovechando la invasión de Bonaparte iba a ser fácil, pensaron algunos. Otros no, otros alertaron a otros mantuanos que se oponían a declarar la independencia, teniéndole miedo al pueblo, teniéndole miedo a los esclavos, teniéndole miedo a las clases bajas y lo dijeron en tremendo discurso que están escritos para la historia, en las discusiones del Congreso, donde batallaban ahí la idea conservadora del mantuanaje y la idea revolucionaria que traía entre otros el legendario Francisco de Miranda: Libertad, igualdad y fraternidad y el gorro frigio que usaba aquel gran revolucionario que fue José Félix Rivas.

Fíjense, José Félix Rivas fue expulsado de la Junta Patriótica o la Junta de gobierno –corrijo- lo mandaron a Las Antillas, expulsado por el gobierno que se instaló, después que se fue Emparan. ¿Por qué?. Porque José Félix era un revolucionario y andaba con un gorro frigio y él decía: Igualdad, fraternidad y lo echaron de aquí, luego volvió cuando Miranda llega y Bolívar, enfrenta entonces corrientes revolucionaria con Miranda aquí, bueno toma un gran impulso, pero no querían a Miranda los mantuanos aquí en Caracas y mucho tiene que ver ese sentimiento anti mirandino y antirrevolucionario con la entrega que meses después, hicieron al poder español del gran Miranda, para que fuera a morir preso en La Carraca.

Siempre han estado esas pugnas, entre los que queremos de verdad cambios profundos y verdaderos y los que pretenden solo maquillajes, como dicen el Conde de las Medusas en “El Gato pardo”: Cambiemos todo para que todo siga igual.”

Fin de la cita

No nos preocupemos por la pequeña modificación del nombre del autor de “El gatopardo” Giuseppe Tomasi di Lampedusa, quién se transformó en el Conde de las Medusas, un pequeño artificio comunicacional de los que solía usar Chávez, o un acto de ignorancia simple, nada relevante en el contexto que nos ocupa. Lo importante es lo que se señala sobre Boves y la consideración que se le da prácticamente como el maestro que necesitaba Bolívar para transformarse de un mantuano privilegiado en un verdadero líder del pueblo llano venezolano.

Por sanidad intelectual, conviene tomarse el trabajo de desmitificar la figura de Boves y entender su verdadero rol histórico, que ciertamente va mucho más allá de la imagen del guerrero sanguinario  que se enseña en las escuelas. Un documento que encuentro particularmente interesante es el Memorial del Presbítero José Ambrosio Llamozas, llevado a Madrid para ser presentado a Fernando VII, Llamozas fue vicario y capellán del ejercito de Boves (http://villadetodoslossantos1724.blogspot.com/2017/11/memorial-del-presbitero-jose-ambrosio.html).

Pero más allá de la satisfacción intelectual, es importante que los venezolanos entendamos que la falsificación de la historia que consiste en secuestrar la imagen de Bolívar y etiquetar como Bolivariana la infame revolución chavista, esconde el hecho profundo y oscuro de que en verdad la revolución de Chávez es la verdadera Revolución Bovista. Quizás eso explique porque Chávez se conectó tan profundamente con el lado oscuro de los venezolanos.

08/11/2020



 

Historias de la Diáspora

Recordando a Uslar Pietri en estos tiempos oscuros

 

Vladimiro Mujica / vmujica54@gmail.com

 Escuchando una serie magnífica de entrevistas que le hiciera Rafael Arráiz Lucca a Arturo Uslar Pietri en el otoño de la vida del gran escritor, no pude evitar recordar que yo crecí escuchando la serie Valores Humanos, que para mi constituía prácticamente una suerte de historia “alternativa” a la que aprendía en la aulas. A la sensación de trasladarme en el tiempo se unían mis evocaciones de textos e intervenciones especialmente polémicas de Uslar sobre lo que conformaba la fibra de la venezolanidad y el carácter de nuestra educación, un tema especialmente sensible por mi condición de profesor universitario.

Reaparecen estos recuerdos al tiempo que trato de digerir nuevamente la expresión que yo mismo he escrito y repetido durante estos 20 años de convivencia con el experimento de destrucción de Venezuela que es el chavismo. La frase de marras se puede resumir en una afirmación que los aliados internacionales de la causa de la libertad y la democracia en Venezuela han escuchado infinidad de veces: “Venezuela no puede salir sola de la tenaza que representan el chavismo por un lado, y sus aliados internacionales, especialmente Cuba, por el otro”. A ello se le unen consideraciones sobre lo que representa Venezuela como amenaza regional para nuestros vecinos. Todo ello para invocar la ayuda extranjera como un elemento indispensable para salir del hueco insondable en que nuestro país se encuentra.

Estoy convencido de la veracidad de estas afirmaciones, pero pienso que un acto de honestidad intelectual elemental nos debería conducir a preguntarnos hasta que punto nosotros como pueblo hemos sido responsables de lo que nos ha ocurrido, y, aún más importante, hasta que punto somos responsables de no haber sido capaces de llegar al tipo de acuerdos nacionales que se requieren para superar una crisis de las dimensiones que nos abate.

… nos debería conducir a preguntarnos hasta que punto nosotros como pueblo hemos sido responsables de lo que nos ha ocurrido…

Estoy convencido de que el experimento de dominación chavista ha sido parcialmente exitoso porque apela a lo que podríamos llamar “el lado oscuro del venezolano”. Ya sé que muchos politólogos y científicos sociales objetan que se use este término cuasi-ético, moral y religioso para referirse a lo que es obviamente un combate entre fuerzas políticas. Sin embargo, yo recurro ex-profeso al término porque es difícil no ceder a la tentación de afirmar que el lenguaje de resentimiento, división y populismo autoritario de Chávez fue atractivo no solamente por su carisma e indudables habilidades comunicaciones, aunque confieso que a mi personalmente siempre me apareció abominable y atrasado su discurso, sino porque apelaba a algo que existía antes de que él lo despertara. Así que somos responsables de haber permitido que crecieran en nuestro seno las energías que después Chávez y su hijo Maduro, designado como presidente a su muerte, aprovecharon para construir este catastrófico engendro de populismo autoritario que ha arruinado a Venezuela.

… hasta que punto somos responsables de no haber sido capaces de llegar al tipo de acuerdos nacionales que se requieren para superar una crisis de las dimensiones que nos abate.

Este aspecto de nuestra culpabilidad, recordando a Uslar, probablemente se remonta al pecado original de la formación de Venezuela como un experimento inmaduro creado a partir de una Capitanía General que no existió hasta 1777 y que sucumbió a una guerra de independencia iniciada apenas 27 años después en 1810, y que en verdad fue una guerra civil. Una nación que siempre tuvo dificultades para encontrar un liderazgo, algo que se prolongó hasta bien entrado el siglo XX y que con el maná petrolero transformó a Venezuela en el país rentista en el que todos crecimos. Lleno de oportunidades y lleno de trampas por la fragilidad de su liderazgo y la cultura del rentismo de su gente. Algo que Chávez y su pandilla explotarían con la ayuda de mucha ingenuidad de la dirigencia política del país, que creyó que estaba ante “más de lo mismo” y se encontró con la fractura de nuestra joven democracia.

Pero hay otro aspecto, aún más dramático de nuestra responsabilidad como nación, y del cual nos olvidamos cuando pedimos ayuda internacional. Se trata de nuestra intrínseca inhabilidad para ponernos de acuerdo aún enfrentando la amenaza mortal del autoritarismo madurista y la destrucción de nuestra nación. Es difícil de explicarle a nadie, ni en Washington ni en Europa, porqué la oposición, o la resistencia democrática, venezolana es incapaz de unirse y actuar para sacudirse el yugo de Maduro y su oligarquía corrupta y traicionera, que domina a nuestro pueblo no solamente a través del miedo y del hambre sino de nuestra propia incapacidad para librarnos de ella. Unirse para una estrategia electoral, o unirse para una operación de rebeldía ciudadana. A estas alturas siguen abiertas ambas opciones, pero cualquiera de ellas requiere de una estrategia unificada.

Pienso en todo esto con tristeza, cuando leo algo que pareciera que nos debería alegrar. Se trata de una acción colectiva de muchos partidos, incluyendo al G4 y todas la fuerzas que apoyan a Guaidó, rechazando la participación en las elecciones parlamentarias convocadas por el CNE fraudulento. Pero tan prominente como la acción de muchos es la ausencia de las fuerzas encabezadas por María Corina Machado, Antonio Ledezma y Diego Arria. ¿No los invitaron a firmar el comunicado que expresa en buena medida una parte de lo que estos grupos habían venido planteando? ¿Los invitaron y decidieron no participar? Creo que el país se merece una explicación, sobre esta incongruencia y también sobre el hecho de que el documento no dice una coma acerca de lo que sigue como estrategia para desalojar al usurpador y solamente asoma la opción impotente de la abstención. Es cierto, y cuán cierto, que solos no podremos salir de este hueco. Pero me temo que hay una parte muy importante que se debe a nosotros mismos, a una carencia de la venezolanidad para alcanzar acuerdos estratégicos, y no a la barbarie de la intervención cubana en Venezuela.

08/04/2020


 

El delito de enfermarse

 Vladimiro Mujica  /  vmujica54@gmail.com

Uno de las ejercicios operaciones de desinformación y de agresión a su propio pueblo más deplorables que ha emprendido el régimen venezolano se ha venido revelando en toda su extensión  a medida que avanza la pandemia ocasionada por el coronavirus. La primera etapa de un siniestro plan incluía el confinamiento de la población y un esquema de cuarentena adoptado prácticamente en febrero, que apuntaba a presentar al régimen frente al mundo como un gobierno que estaba tomando previsiones tempranas para proteger a su población. Cómo luego se evidenció con claridad, la declaración temprana  de emergencia pretendía esconder la gravísima crisis de gasolina que se avecinaba y que el régimen decidió enfrentar impidiendo que la población se movilizara. Muy poco que ver con la pandemia como luego se entendería.

La declaración temprana  de emergencia pretendía esconder la gravísima crisis de gasolina que se avecinaba y que el régimen decidió enfrentar impidiendo que la población se movilizara.

La segunda fase del operativo de desinformación consistía en presentar unas estadísticas sobre el avance de la infección que contradecían todos los patrones de comportamiento observados en el resto del mundo, especialmente en Latinoamérica. En verdad, nadie entendía como los números de enfermos y muertos eran tan bajos, especialmente teniendo en cuenta el deplorable estado del sistema sanitario y de salud venezolanos. Luego el régimen secuestró la realización de las pruebas de detección PCR del virus, lo cual ha tenido efectos desastrosos en el proceso de diagnóstico y de identificación de casos de pacientes asintomáticos y en círculos familiares. Actualmente el tiempo de espera para obtener los resultados está rondando una semana. Tiempo durante el cual no hay claridad sobre el diagnóstico, ni se puede actuar con eficiencia sobre el universo de contactos, algo esencial para prevenir el avance de la pandemia.

A la medida del secuestro de las pruebas diagnósticas, la acompañó una campaña de desprestigio y acoso contra la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela (Acfiman) cuyo informe generó un cisma con el chavismo al publicar un reporte científico sobre los casos de COVID-19 en el país, que ponía en duda las cifras oficiales. De hecho el número 2 de la oligarquía chavista afirmó durante su programa semanal  "Leí este artículo y leí las referencias, esto es una invitación para que los organismos de seguridad del Estado llamen a esta gente. Están generando alarma", sentenció Diosdado Cabello según los medios de comunicación. El informe de la Acfiman alertaba sobre un posible escenario de emergencia sanitaria, a partir del mes de junio, una situación a la que el país parece aproximarse aceleradamente.

Al intento de desacreditar los estudios epidemiológicos y evidencias científicas sobre la naturaleza del virus, le han acompañado desde hace meses, videos, monsergas y declaraciones que cultivan la más absoluta ignorancia sobre la diferencia entre virus y bacterias, o sobre el mecanismo de propagación de la COVID-19. A ello se le une que las medidas de confinamiento solamente operan de manera estricta sobre los sectores de clase media, porque en las zonas populares se actúa con una permisividad que colinda en lo criminal, como en el caso reciente de las Fiestas de San Juan dónde se podía ver a centenares de personas bailando en público sin máscara y sin mantener el distanciamiento físico recomendado. De hecho, en algunos de los videos que se hicieron virales sobre las festividades aparecía alguien desafiando al coronavirus repitiendo “Si tienes miedo a morir no nazcas”.

Pero a la irresponsabilidad total en la aplicación de medidas sanitarias, se le une un rasgo brutal represivo contra los así llamados “trocheros”, los venezolanos que están intentando regresar a su país desde destinos cada vez más inhóspitos y plagados de xenofobia y que se encuentran con que son tratados por el régimen como bombas personales bio-terroristas. El lenguaje de operación militar contra enemigos, términos como “localización, extracción y neutralización de la amenaza” se han ido haciendo cada vez más comunes en las noticias sobre los emigrantes que intentan regresar a su patria, un derecho que les asiste constitucionalmente. Por otro lado, las historias de terror de internamiento en centros de reclusión para trocheros son verdaderamente indignantes. De hecho, puede afirmares que el régimen y sus voceros militares y civiles han convertido el enfermarse en un delito. Ello al tiempo que presentan a la galería de héroes chavistas que se enferman y que se recuperan milagrosamente.

 La paranoia ante la pandemia que ha provocado la irresponsabilidad oficial y las características mismas del virus y su facilidad de contagio y capacidad para propagarse y mutar, ha generado un estado de indefensión sicológica en la población que el régimen usa para avanzar sus mecanismos de control social y presentarse como invencibles. En los sectores más vulnerables, la disyuntiva se presenta cada vez más evidente entre morir por el coronavirus o morir de hambre por la imposibilidad de salir a trabajar y la contracción de la economía. Todo ello mientras el régimen pretende avanzar un proceso electoral fraudulento y cargado de irregularidades para elegir a la AN.

 Sin duda que el coronavirus ha sido un aliado poderoso del chavismo-madurismo en sus intentos de controlar al país a través del miedo y del hambre. Ya veremos si el vicioso aliado no se les torna traicionero cuando la gente entienda cada vez más que el régimen no puede controlar la pandemia y que cualquier solución real a los problemas de Venezuela pasa por un cambio de gobierno.

07/28/2020


Cazadores de fortunas corruptas

 Vladimiro Mujica  /  vmujica54@gmail.com

Uno de los ejercicios mas alucinantes en que se han ido involucrando distintas organizaciones en Venezuela y en la diáspora venezolana en distintos países es la cacería, a falta de mejor término, de las colosales fortunas producto de la corrupción de las últimas dos décadas de infortunio nacional. Han pasado muchos años desde los tiempos en que Hugo Chávez prometió enfrentar la corrupción, algo que muchos venezolanos veían como el peor mal de nuestro país.

Lo que ha ocurrido en esta materia tiene un sitio destacado en el récord internacional de asaltos y traiciones de un gobierno contra su pueblo. Venezuela se ha transformado en un Estado mafioso, ubicado en el lugar 173 de 180 naciones listadas en el Índice de Percepción de Corrupción elaborado por la organización Transparencia Internacional. Es decir, uno entre los cinco países más corruptos del mundo. Calcular exactamente el volumen de dineros y recursos robados a la nación es una tarea compleja, pero algunos de los estimados más confiables estiman el botín de los corruptos, traficantes y similares en la colosal cifra de cien mil millones de dólares.

Venezuela se ha transformado en un Estado mafioso, ubicado en el lugar 173 de 180 naciones listadas en el Índice de Percepción de Corrupción elaborado por la organización Transparencia Internacional

Cortesía de Venezuelan American Alliance (VAA), una organización que promueve el activismo ciudadano de los venezolano-americanos, con una clara visión de la importancia del apoyo bi-partidista, Demócrata y Republicano, a la causa de la libertad y la democracia en Venezuela, me encuentro en un una presentación para líderes comunitarios sobre la Ley Verdad, un instrumento legal aprobado por el Congreso de los Estados Unidos en diciembre de 2019. Esta ley, que fue propuesta por destacados miembros de los dos partidos dominantes en el Capitolio, tiene previsiones muy importantes, en particular en su título V (https://www.foreign.senate.gov/imo/media/doc/VERDAD%20section%20by%20section%20final.pdf) acerca de la recuperación de activos sustraídos al pueblo venezolano y las instituciones de Venezuela a través del robo, lavado de divisas y otros medios ilícitos. En el mismo aparte se ordena al Departamento de Estado trabajar conjuntamente con los Departamentos del Tesoro y Justicia para establecer una estrategia para identificar, bloquear, y recuperar estos activos.

Además de VAA, la Ley Verdad ha sido objeto de discusión e interés en otras organizaciones de la diáspora como VenAmérica, que han entendido a cabalidad que es necesario que los venezolanos se involucren en la política de los Estados Unidos para crear lazos más estrechos con individuos, organizaciones de la sociedad civil y los partidos políticos, para promover tanto la integración social como el conocimiento de la realidad venezolana.

La Ley Verdad abre también la puerta para que organizaciones en Venezuela y en la diáspora se activen para reunir información que conduzca a la recuperación de activos. Por supuesto que la AN y el gobierno encargado de Juan Guaidó se han movilizado en esta dirección, y prueba de ello fue la retención en el Reino Unido de reservas de oro pertenecientes al BCV que el régimen de Maduro pretendía dilapidar bajo la excusa de combatir la pandemia. Pero más allá de los esfuerzos oficiales está la denostada actividad de organizaciones como la Iniciativa para la Recuperación Activos Venezolanos (INRAV) que se han unido al esfuerzo para la reconstrucción de Venezuela ha través de contribuir a recobrar  recursos que serán indispensables cuando sea posible emprender la reparación del tejido social y económico de la nación.

Parte de la extraordinaria información aportada por los representantes de INRAV, fue enterarnos de la existencia de una página web del Departamento de Leyes de la Universidad de Stanford sobre las causas que sigue el Departamento de Justicia norteamericano a destacados corruptos. Esta página, (http://fcpa.stanford.edu/enforcement-action.html?id=588)

contiene un repositorio y opera como una base de datos de documentos originales y análisis de datos, e información detallada relativa a la puesta en ejecución de la Ley de Prácticas Corruptas Extranjeras. Bajo este ominoso título se detallan las prácticas y los procesos judiciales contra algunos de los más conspicuos corruptos y prevaricadores del panteón del robo y la traición contra el pueblo venezolano, como Raúl Gorrín y Alejandro Andrade por 159  y 1000 millones de dólares respectivamente,  que se ha construido en dos décadas de desgobierno chavista-madurista. Otro sitio valioso, donde puede obtenerse información actualizada sobre las acciones contra la corrupción en Venezuela es el del CSIS (https://www.csis.org/analysis/corruption-venezuela-alex-saab-case) que realizó un evento en línea a propósito del caso de Alex Saab.

Recobrar los activos del pueblo venezolano robados por el chavismo es una tarea extraordinariamente compleja que involucra no solamente el rastreo de cuentas, transacciones, y una compleja maraña de testaferros y empresas fantasmas, sino la cooperación de individuos y las agencias internacionales de justicia. Es por ello que es necesario reconocer la tarea de organizaciones como INRAV, que ejemplifican que es el trabajo conjunto de la diáspora y los venezolanos en Venezuela, partes de un mismo pueblo separados por el infortunio de una falsa revolución, lo que permitirá la reconstrucción de nuestra nación.

07/21/2020

  


 
 
Bodegon.jpg

El efecto Bodegón

Vladimiro Mujica  /  vmujica54@gmail.com 

A la surreal situación de un país víctima de un régimen depredador, enemigo de su propio pueblo, que ha ocasionado una catástrofe humanitaria y un éxodo sin precedentes en la historia reciente de Latinoamérica, se le une desde hace algún tiempo una compleja quimera económica, una verdadera abominación, mezcla de destrucción y aparente recuperación, que le pone una nueva traba a la lucha que adelanta la resistencia democrática contra el régimen de Maduro. 

El tema es tan difícil de entender para propios y extraños, que se requiere una breve exposición de hechos. La economía real venezolana, la que tiene que ver con el crecimiento orgánico del PIB, el valor de la moneda y el salario, la estabilidad de los indicadores macroeconómicos, el crecimiento de la industria nacional y cualquier otro elemento aceptable de la ciencia económica para analizar el estado de una nación, está en el suelo. Una alucinante inflación, que según cálculos conservadores se aproximará al millón por ciento en 2020, es tan sólo uno de los elementos que indica el deterioro de la calidad de vida de los venezolanos. A ello se le une que la cesta básica para una familia de cuatro personas ronda los 800 dólares mensuales, mientras que los salarios relativamente altos no exceden los 50 dólares al mes. 

Pero en este mar de penurias, surge inesperadamente, la decisión del régimen, nunca oficializada y mantenida adrede en la sombra, de actuar a mitad de camino entre la prohibición legal de negociar en moneda extranjera y el abierto libertinaje real, donde el dólar ha ido literalmente desplazando al bolívar soberano como moneda del país.

Una alucinante inflación, que según cálculos conservadores se aproximará al millón por ciento en 2020, es tan sólo uno de los elementos que indica el deterioro de la calidad de vida de los venezolanos.

El dólar circula sin restricciones y todos aquellos que tienen cuentas en el extranjero o que reciben dinero de sus familiares fuera de Venezuela, viven en una burbuja de relativa abundancia. La segmentación de la penuria, ha transformado a Venezuela en varios países que coexisten: el país de los enchufados, chavistas o no, que viven de sus conexiones con el régimen, otro el de la gente con FE, es decir con familia en el extranjero, un acrónimo cínico inventado por los cubanos, un tercer país el de la gente con recursos y cuentas en el extranjero, y, por último, el resto de la población. 

Las fuentes de dólares que misteriosamente han inundado a Venezuela son muy diversas.  Por un lado las remesas no oficiales de los más o menos cinco millones de venezolanos que han abandonado el país, y que, según diversos estimados, suman alrededor de 6000 millones de dólares al año. A ello hay que añadirle el tráfico de drogas que usa a Venezuela como estación de tránsito y cuyo volumen se estima en unos 7000 millones de dólares. En otra dirección está el que las sanciones internacionales han obligado al chavismo corrupto a utilizar al país como una inmensa lavadora de divisas, a lo que hay que sumarle el comercio ilegal del oro y otros minerales.

En otra ruta del esquema caótico multidimensional, está la implantación del Petro, una criptomoneda de dudosa transparencia y que también contribuye a evadir las sanciones internacionales. Y, por último, están los ingresos legales petroleros y de las corporaciones nacionales y las pocas multinacionales que todavía operan en el país. Es decir, el inmenso torrente de dólares que circula en Venezuela es una mezcla imposible de discriminar de dinero legal e ilegal que se confunde en una sola masa ante la mirada cómplice de las autoridades. Ello se ha traducido en el hecho increíble de la quasi-desaparición del mercado negro de divisas que es ahora “administrado” por el propio régimen. 

Pero independientemente de su origen, es innegable que las aguas dolarizadas han calmado en parte la sed de un sector importante de nuestra población, han aliviado en cierto modo las penurias por la carencias de alimentos y medicinas, y han abierto la puerta para un nuevo estado de “cohabitación”  entre la población rehén de las políticas del régimen y simultáneamente víctima y cómplice de las mismas. Uno de los emblemas de la “recuperación” de la economía  lo constituyen los bodegones abarrotados de bienes y mercancías que habían desaparecido del mercado, y que repentinamente comenzaron a circular en el país hace aproximadamente un año a precios exorbitantes en moneda extranjera. Parte del misterio del abastecimiento de los bodegones se develó cuando se hizo público que el régimen estaba permitiendo a ciertas empresas la importación de mercancías sin impuestos. 

A falta de un mejor nombre, se me ocurre que el término Efecto Bodegón es apropiado para describir no solamente lo que está ocurriendo en la economía venezolana, sino la influencia política y social que la cohabitación impuesta por el régimen ejerce en la psiquis colectiva de los venezolanos. Es imposible ocultar que mucha gente piensa que lo peor ya pasó, y que están encontrando su modo de sobrevivir en medio de le economía caótica dolarizada en un país en ruinas.

El Efecto Bodegón es una nueva variable que la resistencia debe tomar en cuenta porque la gente intenta sobrevivir, cada uno con un cuchillo entre los dientes, como le escuché decir a mi hermano Felipe que afirmaba mi sobrino Felipe Elías, y al intentar sobrevivir, y conseguirlo, se olvidan parcialmente de la destrucción y ruina que el régimen chavista ha traído sobre Venezuela. Y, aún más importante, la gente comienza a ver con más cinismo e incredulidad, los esfuerzos del gobierno encargado de Guaidó, y de una resistencia dividida que no termina de encontrar su camino. Visto en su conjunto, es difícil no ceder a la tentación de aceptar que el Efecto Bodegón fue astutamente concebido por las fuerzas del mal que gobiernan a Venezuela como un mecanismo más de control de la población, esta vez disfrazado de apertura económica y de convivencia entre el sector privado y el Estado criminal todopoderoso.